El almacenamiento a escala de red o “front-of-the-meter” (FTM) representa la versión a gran escala de los sistemas de almacenamiento de energía. A diferencia de los sistemas detrás del medidor, que se centran en usuarios individuales, los sistemas FTM operan en nodos críticos de la red eléctrica pública, proporcionando beneficios que impactan a toda la infraestructura energética de un país o región.
Características clave:
Capacidad masiva: Alcanzan cientos de MWh o incluso GWh, lo que les permite manejar grandes volúmenes de energía de forma flexible.
Gestión centralizada: Son despachados directamente por la utility o el operador de red, en lugar de consumidores individuales.
Funciones estratégicas: Actúan como un “superbanco de energía” y un “estabilizador supremo”, apoyando la seguridad, eficiencia y sostenibilidad del sistema eléctrico.
Impacto generalizado: Pueden equilibrar la oferta y la demanda, integrar grandes volúmenes de renovables, proporcionar regulación de frecuencia, desplazar picos de carga y reducir la necesidad de inversiones en infraestructura adicional.
En resumen, estas plantas no sirven a un solo usuario, sino que fortalecen toda la red, convirtiéndose en un pilar crítico para la transición hacia un sistema eléctrico más limpio, inteligente y resiliente.